Aspectos Médicos

Información médica

La mayor parte de los expertos está de acuerdo en clasificar las Mutilaciones Genitales Femeninas en tres tipos principales, es decir que esta práctica tiene diferentes niveles de gravedad.

  • La circuncisión, que consiste en la remoción del prepucio del clítoris, es la forma más blanda porque conserva el clítoris y las paredes posteriores más amplias de los pequeños labios. Esta es la única forma que puede ser comparada con la de la circuncisión masculina en la que se remueve el prepucio del pene.
  • La clitoridectomía, o remoción del clítoris, es la forma más común y prevee la eliminación completa del clítoris junto a toda o una parte de los pequeños labios.
  • La infibulación es la forma más severa de esta práctica. Esta expresión viene del latín fibula, un broche utilizado para enganchar la toga romana y además venía utilizado para prevenir las relaciones sexuales entre los esclavos. La infibulación comporta la eliminación del clítoris, de los pequeños labios y de los grandes labios. Las restantes extremidades de los grandes labios son cosidas juntas, de modo tal que el orificio vaginal esté cerrado. Durante el proceso de sanación es introducida en la vagina una astilla de madera para consentir el paso de la orina y de la sangre menstrual. En función de las diferentes tradiciones la herida es cosida o con suturas (en Sudán) o con espinas de acacia (en Somalia). Para facilitar la cicatrización son empleadas sustancias adhesivas como el mal – mal, una pasta compuesta por una mixtura de azúcar y goma, yema de huevo y azúcar, zumo de limón o mezclas de hierbas. Para ayudar la sanación y para discipar los olores desagradables, consiguientes de la orina y de la coagulación de la sangre, son quemadas bajo la chica hierbas aromáticas tradicionales y savia seca. Además las cenizas usadas para controlar la hemorragia, utilizada sobre todo en las áreas rurales del África occidental son, a menudo, la causa principal de violentas infecciones. A continuación de la operación, las piernas de la chica son atadas y por consecuencia la chica está inmovilizada por muchas semanas hasta que la herida de la vulva no cicatrice. La primera noche de bodas la cicatriz de los genitales tiene que ser defibulada para permitir la penetración. Generalmente, a raíz de cada nacimiento, la reinfibulación es practicada para devolver al cuerpo de la mujer su "condición prematrimonial."

Instrumentos utilizados

Generalmente las mutilaciones genitales femeninas son efectuadas con cuchillos, hojas, navajas, tijeras o trozos de vidrio, instrumentos que raramente están esterilizados antes de la operación y, excepto en los hospitales, casi nunca es empleada la anestesia. Tradicionalmente la mutilación es realizada por las mujeres mayores que generalmente son parteras locales y conocidas, como Gedda en Somalia o Daya en Egipto y Sudán.

Stop

Riesgo de enfermedades a causa de la práctica

  • Retención urinaria: se debe a la obstrucción de la apertura urinaria o al deterioro de la uretra. La micción puede ser dolorosa y llevar a la retención urinaria, frecuente estímulo de orinar, incontinencia e infecciones en las vías urinarias.
  • Frecuentes infecciones en las vías urinarias: muchas veces se deben al daño provocado por la mutilación. Las infecciones frecuentes de este tipo son comunes sobretodo entre la mujeres infibuladas.
  • Incontinencia: puede ser causada por el daño sufrido por la uretra durante la operación. La incontinecia puede ser motivo de alejamiento de una mujer de la sociedad.
  • Infecciones pélvicas crónicas: común en las mujeres infibuladas: la parcial obstrucción de la vagina y de la uretra aumenta las probabilidades de infección.
  • Infertilidad: se debe a las infecciones que pueden provocar daños irreparables en los órganos reproductores.
  • Queloide: se trata de formaciones fibromatosas cutáneas de tipo hiper elástico que se forman en consecuencia de estímulos inflamatorios crónicos. A menudo estas formaciones reducen el orificio vaginal y causan graves consecuencias.
  • Quiste dermoide: Quistes causados por la inclusión de un fragmento cutáneo que puede dar lugar a tumor.
  • Neuroma: se puede desarrollar cuando se corta el nervio dorsal del clítoris. Toda el  área genital se vuelve hipersensible y causa dolores muy fuertes y permanentes.
  • Formación de cálculos: Ocurre por los residuos del flujo menstrual o de los posos urinarios en la vagina o en el área detrás del puente de piel que se crea con la infibulación.
  • Fístula: Perforación o túnel entre la vagina y la vejiga  o entre la vagina y el recto.
  • Disfunciones sexuales: Las más comunes son dolores durante el acto sexual y la reducción de la sensibilidad a raíz de la clitoridectomía, pero sobre todo como consecuencia de la infibulación. La penetración puede resultar difícil o hasta imposible y a veces hay que practicar otro corte.
  • Problemas durante la regla: A menudo se producen por la oclusión parcial o total del orificio vaginal, lo que puede incurrir en dismenorrea. Los hematocolpos se verifican  por el estancamiento de la sangre menstrual en la vagina durante muchos meses.
  • Problemas durante el embarazo y el parto: El tejido cicatrizal resistente puede impedir la dilatación del canal del parto y causar un parto obstruido. En aquel momento el feto no recibe oxígeno de la placenta y el prolongarse del trabajo del parto corta el oxígeno necesario al cerebro del feto produciendo lesiones neurológicas.
  • Rotura del útero: podría ocurrir durante el parto y causar la muerte de la madre y del feto.
  • Shock: debido no sólo al fuerte dolor de la operación efectuada sin anestesia sino también a la pérdida de sangre aunque escasa que puede prolongarse hasta algunos días o a la sepsis. 
  • Hemorragia: la más común y casi inevitable consecuencia porque la eliminación del clítoris puede implicar la arteria dorsal. Además también la amputación de los grandes y de los pequeños labios puede causar daños a las arterias y a las venas. Una prolongada hemorragia puede convertirse en anemia. 
  • Lesión de los tejidos adyacentes: por ejemplo en la uretra, en la vagina, en el perineo o en el recto. Consecuencia debida también al utilizo de instrumentos no estériles, a la escaza iluminación durante la intervención, al poco conocimiento de la anatomía por parte de los que hacen la intervención y al paciente que se mueve. Más frecuente es la laceración del orificio anal y del recto con sección del esfínter anal e incontinencia residua. 
  • Tétano: puede presentarse en el caso en que no sean usados instrumentos estériles. 
  • Sida: muchas veces utilizando los mismos instrumentos en varias operaciones, se puede verificar la transmisión del virus HIV.